Guía de GIJN sobre investigación periodística en salud y medicina
Capítulo 5
Sugerencias sobre trampas, exageraciones y ética

 

Sugerencias sobre trampas, exageraciones y ética

En algunos países, investigar sobre medicamentos y salud puede ser físicamente peligroso. En otros, los reporteros se juegan la reputación, no la vida. Las compañías farmacéuticas contratan gestores duros y eficientes en relaciones públicas. Algunos antiguos periodistas y, a veces, abogados. La presión incluye acciones como, por ejemplo, enviar cartas con amenazas judiciales.

Una práctica habitual es presionar a los editores, directores y a las empresas, lo que suele conllevar retrasos si te piden que revises tus hallazgos o que añadas pruebas. En nuestra propia experiencia es una situación que consume tiempo y energía. Es muy útil el tener disciplina archivando correspondencia y asegurarte de que conste por escrito la información que se refiere a las industrias. Con todo, se puede llegar a pagar un alto precio, como bien demuestra este texto GlaxoSmithKline intentó silenciar al científico que expuso los peligros de su droga Avandia (GlaxoSmithKline Tried to Silence the Scientist Who Exposed the Dangers of its Drug Avandia).

Si escribes sobre una víctima de efectos adversos de un medicamento, cuida tu lenguaje. Y antes de publicar, asegúrate de recabar la opinión de la empresa. Es una práctica obligada. Las empresas emplearán tiempo y dinero en intentar minimizar el impacto en las ventas de las noticias en los medios, y/o de las nuevas restricciones de uso clínico.

Puede parecer duro, pero debes cuestionar las intenciones de las víctimas. Ve al fondo de sus historias médicas y haz preguntas relevantes.

Cuídate de los líderes de opinión, que pueden ser persistentes. Su reputación está en juego y muchos no ven problema a su estrecha relación con las industrias, de manera que pueden ser agresivos e, incluso, llevar a juicio a medios y periodistas si se asocia su nombre a pacientes afectados o mala práctica.

No esperes poder grabar en audio o película a ningún representante de la industria. Son profesionales bien formados que saben relacionarse con los medios. De hecho, las empresas pueden llegar a ignorar solicitudes de entrevistas o poner de pantalla a especialistas de relaciones públicas.

Resulta muy útil contar con un informante interno (whistleblower) en la comunidad médica o científica, o en la propia industria. Puedes tomar el ejemplo de la investigación de Katherin Eban sobre medicamentos genéricos. Esta práctica le permitió publicar el libro La botella de mentiras (The Bottle of Lies) lleno de datos e información.

A veces puedes lograr la cooperación de funcionarios, si tus métodos son sólidos. Lee la guía GIJN sobre este tema y asegúrate de proteger la identidad de tus fuentes.

Además de los reguladores, los países cuentan con autoridades de salud pública en atención sanitaria. No olvides sus conflictos de interés. Ellos producen amplia documentación sobre intervenciones sanitarias, y valoran riesgos, beneficios y costes. Su trabajo es un tesoro de pistas y datos. Pero no olvides que habitualmente trabajan bajo presión de empresas con intereses en sus decisiones.

Construye una red de personas con conocimiento fiable. Busca entre quienes sepan de Medicina Basada en la Evidencia y carezcan de conflictos de interés con industrias y reguladores. A menudo pueden ser profesores eméritos con dominio de la bioestadística o en el campo concreto en el que estés investigando. Están en la cima de su carrera, sin preocupaciones sobre el financiamiento de sus estudios ni preocupación por mejorar su currículo. No obstante, investiga a profundidad la historia de cualquier experto que busques para estar seguro de poder tener confianza. Lee los dos artículos de GIJN sobre cómo colaborar con médicos y cómo lograr que te ayuden a indagar.

En tu trabajo puede ser útil asistir a conferencias o congresos médicos y científicos. Debes saber que abundan los publicistas y representantes farmacéuticos. Es fácil tener charlas distendidas, pues los participantes no esperan la presencia de periodistas independientes. El propio programa puede ser muy interesante, ya que las sociedades científicas suelen depender del patrocinio industrial y este sesga el contenido, según sus intereses. 

Mantente alerta cuando dediquen espacio-tiempo a un problema poco frecuente transformado en una “importante cuestión de salud pública”, pues puede indicar el próximo lanzamiento de un nuevo producto o un cambio estratégico más general. En los congresos, no olvides los “simposios satélites” patrocinados por las industrias, que suelen ser meras actividades de promoción.

No aceptes regalos ni cualquier otro beneficio, pues tendrás conflictos de interés que comprometerán tu credibilidad. Tampoco compartas demasiado con médicos y científicos. Cuestiona a las víctimas. Ve al fondo de sus historias médicas y haz preguntas relevantes.

En la investigación de salud hay grandes riesgos, como equivocarse respecto a las pruebas y la evidencia, confiar en un experto incompetente, tener conflictos de interés y caer en el engaño de las grandes expectativas médicas. Te pueden servir de alerta algunas palabras clave como “medicina personalizada”, “big data”, “medicamento milagroso”, “esperanza” y “tratamiento revolucionario”.