Como parte de nuestra serie de entrevistas a periodistas investigativos de todo el mundo, GIJN habló con Hayatte Abdou, periodista del National Magazine en las Comoras. Ella es una de las pocas periodistas de investigación en el pequeño país insular, dominado por medios estatales y donde la libertad de prensa se encuentra amenazada. Abdou ha sido víctima de intentos de intimidación debido a su indomable periodismo investigativo. Ganó prestigio gracias a su valiente investigación sobre el asesinato de su colega, el periodista comorense Ali Abdou (no tienen parentesco), cuya sospechosa muerte fue ignorada por las autoridades.
1. De todas las investigaciones en las que has trabajado, ¿cuál ha sido tu favorita y por qué?
Hayatte Abdou: Mi favorita fue la investigación sobre la corrupción en las filas de AGID, la autoridad fiscal comorense. Disfruté escribirla… y no me temblaban las manos como me pasó cuando escribí sobre violaciones impunes o la muerte de mi colega Ali Abdou. La mayoría de las veces, mis investigaciones incluyen dolor, tristeza y enojo. Pero cuando estaba reporteando sobre las autoridades fiscales, me sentía en paz. Todos conocían la historia, simplemente habían decidido quedarse callados. Lo único que hice fue decir lo que cualquier comorense estaba pensando: creía que era el momento de hablar abiertamente sobre el problema. Así que, sí, realmente disfruté escribir esa investigación.
2. ¿Cuáles son los mayores retos a los que se enfrenta el periodismo de investigación en tu país?
HA: No quiero hablar por otros, pero, en general, es difícil llegar a fin de mes como periodista en las Comoros. Muchos no pueden ganarse la vida con esta profesión. Así que todos se las arreglan como pueden, a menudo compaginándolo con otro trabajo.
Llevar a cabo una investigación es caro y mucha gente no tiene los medios económicos para empezar uno de estos proyectos. Y quienes se atreven pueden llegar a escribir un artículo solo para descubrir el día de su publicación que esas no son sus palabras impresas: que todo ha sido censurado o modificado.
Yo decidí que estas imposiciones no eran para mí.
Pero mi mayor reto es el miedo, este hábito de dudar de uno mismo. Preguntarnos: ¿fui justa? ¿expliqué los hechos correctamente? ¿estaba balanceada la información?
Intento usar estos temores para motivarme a hacer un mejor trabajo, para siempre cuestionarme y exigirme un poco más. Me gusta decir que el día que vaya a prisión será una injusticia, no porque soy una periodista de investigación sino por lo bien que habré hecho mi trabajo. Y ese es el miedo que canalizo y uso.
3. ¿Cuál ha sido el mayor obstáculo o reto al que te has enfrentado en tu carrera de periodista de investigación?
HA: No trabajo con noticias locales. Mi jefa, Christèle Bourdeau, es el tipo de persona que te dice: “Tienes luz verde, adelante. Es un gran tema”. Nunca me deja sola demasiado tiempo. Siempre está pendiente de cómo evoluciona la investigación. Confía en mí. Eso es sumamente importante. Muchas veces, Christèle dice que somos la excepción, no la norma. Desde que comenzamos a trabajar juntas en nuestro medio digital, National Magazine, nunca ha censurado mis palabras ni bloqueado mis temas. Siempre intenta comprender el proceso y nunca se impone. Así que he lidiado con poca censura, o autocensura, de hecho.
La única vez que sentí que me encontraba en peligro fue cuando publiqué un artículo sobre la muerte de un colega periodista, Ali Abdou (quien no tiene parentesco familiar con Hayatte Abdou). Todo el mundo, especialmente los reporteros, le tenía miedo al anterior fiscal general que llevaba el caso. Pero yo tuve mucho apoyo, que se sintió como un paraguas para refugiarme de la lluvia. No solo estoy hablando sobre mis compañeros periodistas de las Comoras, aunque ellos se solidarizaron mucho conmigo y se han involucrado mucho en la situación. Pero también me refiero al Global Investigative Journalism Network (GIJN), que me ayudó a salir de las sombras. GIJN fue más allá en su papel, apoyando y promocionando el trabajo de los periodistas de investigación sin importar de dónde son.
Hoy en día, diría que los mayores obstáculos son la presión, el desánimo, frases como: “¿Por qué quieres volver a remover ese tema?” o “Todo el mundo lo sabe y ha decidido quedarse callado, no son noticias”. Pero solo porque algo se considera normal, no quiere decir que debamos aceptarlo. A veces, la gente me dice “¿No tienes miedo como mujer?” o “¿Por qué no le dejas este tipo de temas a tus compañeros hombres, porque las mujeres son frágiles por naturaleza?”. O incluso: “¡Déjate de tonterías!”
4. ¿Cuál es tu mejor consejo o truco para entrevistar?
HA: En general, suelo llevarme bien con la gente. Para mí, es muy importante escuchar a los entrevistados, adaptarme a ellos, comprenderlos y no buscar siempre tener la razón. Incluso si la persona que tienes enfrente te está mintiendo, son sus mentiras. Tú debes escuchar y ser educado. Los buenos modales y el respeto son muy importantes, da igual a quién tengas sentado frente a ti. A menudo, puedes obtener lo que buscas con una sonrisa y un “por favor”. Suelo decirle a la gente que me cuenta su historia: “incluso si estoy haciendo de abogado del diablo al preguntarte tantas cosas, no estoy en tu contra, solo es para entenderte mejor”.
5. ¿Cuál es tu herramienta, base de datos o aplicación favorita para investigaciones periodísticas?
HA: Antes, solo hacía lo básico, como búsquedas de Google. Trabajar con organizaciones como GIJN, el International Consortium of Investigative Journalists (ICIJ) y el Norbert Zongo Cell for Investigative Journalism (CENOZO), en el oeste de África, así como haberme formado en el Media & Democracy Project, me han enseñado mucho. Hoy en día, depende del tema. Y cuando no sé dónde buscar, es fácil: pregunto.
6. ¿Cuál es el mejor consejo que te han dado en tu carrera y qué le dirías a alguien que aspira a ser un periodista de investigación?
HA: El mejor consejo que he recibido es “cállate y haz tu trabajo”. Y es el mejor consejo que podría ofrecer. Nuestros lectores no quieren nuestras opiniones o puntos de vista, quieren información, hechos. Esto es aún más importante porque no estamos trabajando para nosotros mismos sino para la gente, los ciudadanos. Haz tu trabajo y deja que la gente para la que trabajas te juzgue. El periodismo de investigación puede ser doloroso, tanto para los periodistas como para la gente involucrada en sus historias. Para mí, lo mejor es hacerlo en silencio.
7. ¿A qué periodista admiras y por qué?
HA: Esta pregunta es un poco difícil para mí, porque no tengo uno, ¡sino tres! Hay tres periodistas que han dejado marca en la historia de la prensa comorense, que han luchado por la libertad de expresión y por su profesión. Si hoy podemos trabajar, es porque ellos nos enseñaron el camino.
Primero, está Aboubacar Mchangama, un antiguo corresponsal de AFP y fundador de Archipel, un periódico local. Después, está Kamaleddine Saindou, un antiguo periodista de RFI, que también fue consultor del Consejo Nacional de Prensa y Audiovisual. Juntos, crearon la revista mensual independiente, Kashkazi. Y, después, está Ahmed Ali Amir, antiguo director de la publicación Al-Watwan. Ellos, sin lugar a duda, son modelos del mejor periodismo de las Comoras. Y son mis modelos a seguir, también.
8. ¿Cuál es el mayor error que has cometido y qué lecciones aprendiste?
HA: Mi peor error ha sido salir a investigar con nociones preconcebidas, con prejuicios, haber olvidado que es lo que encuentras en el campo lo que determina la investigación, no la hipótesis con la que empiezas.
Tras la muerte del periodista Ali Abdou, fui a un taller de formación en Túnez. Estando ahí, un día tuve una conversación en Messenger con la hermana de Ali Abdou, quien estaba convencida de que la muerte de su hermano no había sido “natural”.
Era muy ingenua y me había hecho una idea después de ver una conferencia de prensa del entonces fiscal sobre la muerte de Abdou. Por los comentarios del fiscal, no la tomé en serio, me dije que era solo una mujer joven y afligida que necesitaba que alguien la escuchara.
Cuando volví a las Comoras, fui a verla y a la familia de Abdou con las palabras del fiscal rondándome la cabeza. Estaba convencida de que no mentirían sobre una historia como esta. Para mí, eso era imposible. Incluso después de escuchar a la familia, mi mente estaba repleta de dudas.
Más adelante, me enojé conmigo misma porque la realidad era muy diferente a lo que yo había creído. La primera vez que vi las fotos del cuerpo de Ali Abdou, tuve que aceptar que me había equivocado y cambiar completamente de curso. (En su artículo, dijo que descubrió que el cuerpo de Abdou fue encontrado en un charco de sangre y que sus ojos mostraban señales de un posible ataque. También afirmó que el fiscal que condujo la investigación tenía relación con gente involucrada en una disputa de tierras con la víctima.).
Y eso es lo más difícil, aceptar tus propios errores. Así fue como aprendí: todavía empiezo con una hipótesis, pero ahora comienzo a reportar olvidando todo lo que sabía hasta el momento; lo hago todo a un lado, escucho, aprendo y dejo que el trabajo periodístico me guíe.
9. ¿Cómo evitas el agotamiento en tu línea de trabajo?
HA: Cuando decidí empezar a trabajar en investigaciones, sabía que sería difícil, pero no tenía idea qué tan difícil iba a ser. Hubo una ocasión en la que me enfermé. En ese momento, no sabía cuál era el problema, pero cuando fui al doctor y me revisó me dijo que estaba en estado de agotamiento.
A veces, tengo insomnio y puede durar hasta una semana. Para poder dormir, tengo que cansarme con alguna actividad física. Corro hasta que no puedo sentir las piernas. Comienzo casi todos los días ejercitándome. Eso me ayuda a relajarme, a sentirme bien y dormir mejor.
También es importante pasar tiempo con gente de confianza, que pueda darte la mano y encontrar las palabras correctas para convencerte de cuidarte a tí misma, decirte cuando necesitas tomarte un día libre, que “no hagas nada y descanses”… incluso si tienen que confiscar tu computadora para lograrlo.
10. ¿Qué encuentras frustrante en el periodismo de investigación y qué esperas que cambie en el futuro?
HA: Para mí, lo más frustrante es pasar meses trabajando en una investigación y quedarte esperando a que tenga algún tipo de impacto. No estoy hablando de que se comparta muchas veces o que reciba muchos “me gusta”, ni siquiera de cuántos seguidores tengo. Estoy hablando de reacciones, consecuencias, repercusiones, las cosas que esperas que pasen, como una acción por parte del poder judicial o que las autoridades pertinentes responsabilicen a alguien.
Pero, tristemente, la mayoría de las veces te decepcionas mucho cuando no pasa nada. En algunos casos, eres tú quien termina siendo juzgada, perseguida o amenazada.
Al final, sin embargo, siempre me recupero, me consuelo y me tranquilizo. Después de todo, lo que hacemos es, sobre todo, un acto de consciencia, de memoria y de registro. Lo más importante es mantener la mente clara diciéndote: “Hice mi trabajo, el resto ya no depende de mí” y pasar a la siguiente investigación, incluso si te deja un mal sabor de boca.
Recursos adicionales
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Maxime Koami Domegni es el editor de África francófona de GIJN y un periodista de investigación galardonado. Ha trabajado como editor en jefe del periódico togolés L’Alternative y, con base en Dakar, Senegal, para BBC África como periodista y productor de planificación para el África francófona.