Hace unos años, Alicia Fernández, periodista multimedia de Ciudad Juárez (México), concertó una entrevista con un narcotraficante, miembro de un cártel, para un periodista de investigación occidental. Empleó relaciones que había cultivado y una cuidadosa planificación para obtener ese acceso, al tiempo que protegía la ética de su cliente al no ofrecer ningún incentivo para la reunión. El periodista occidental luego exigió una segunda entrevista.
“Le dije que no podía hacerlo”, relató hace poco Fernández. “Tomó un billete de 100 dólares y lo agitó delante de mí como si fuera un perro hambriento. Tiré el billete en su bebida”.
Otro periodista local, Jesús Bustamente, tiene anécdotas similares sobre proveer acceso para la investigación de un equipo de un medio extranjero en la región de Sinaloa: “Me dijeron: ‘Tenemos unas horas libres, ¿crees que podemos ir a visitar un laboratorio de fentanilo?’”.
La comunidad periodística occidental se está replanteando cómo trata a los periodistas locales colaboradores –conocidos como “fixers” o productores locales– en las zonas de conflicto y en el Sur Global, como explicó la periodista freelance Laura Oliver en un reciente artículo para el Instituto Reuters.
Muchos reporteros locales señalan una falta de respeto generalizada, una remuneración insuficiente y un desprecio por la seguridad –e incluso se oponen a la propia palabra fixer– por parte de las redacciones que realizan reportajes sobre el terreno en áreas remotas y zonas de ambiente hostil en el extranjero.
Una encuesta entre 450 corresponsales y personal de apoyo logístico, realizada hace cinco años por el Global Reporting Centre, reveló que los colaboradores locales suelen correr mayores riesgos en los reportajes y, sin embargo, reciben menos influencia y crédito editorial, en especial los reporteros de color.
Frontline Freelance México (FFM), ha elaborado una guía sobre cómo los medios de comunicación occidentales deben tratar a estos periodistas en los reportajes sobre conflicto, noticias e investigaciones. FFM planea lanzar la guía en noviembre de 2022, incluyendo un sitio web especializado, como parte de su proyecto más amplio titulado “Componiendo el periodismo”.
Sin embargo, la FFM –cuyos miembros incluyen a 250 periodistas independientes en México– no se opone en sí a la etiqueta de fixer ni a su función. De hecho, en los últimos dos años han formado a docenas de periodistas tanto en roles de fixer como de productores.
En cambio, la guía anima a los medios de comunicación, sobre todo, a tratar a los reporteros locales como colaboradores profesionales y no como fuentes no remuneradas o como taxistas. También define la diferencia entre las funciones de fixer y de productor/stringer (periodista independiente). Aparte, pide a las redacciones que los emplean que contraten a los periodistas en función de sus contribuciones definidas a los proyectos y luego ofrezcan el debido crédito, paga y confianza.
Basándose en entrevistas con 30 periodistas locales mexicanos –como las realizadas a Fernández y Bustamente–, la guía señala que los reporteros contratados como fixers han desempeñado papeles periodísticos cruciales en investigaciones como los feminicidios en la ciudad fronteriza de Ciudad Juárez, el infame secuestro de 43 estudiantes de Ayotzinapa por parte de la policía mexicana y la violencia a la que se enfrentan los migrantes y los solicitantes de asilo.
“En dos o tres días de trabajo como fixer, los reporteros locales pueden ganar lo que de otro modo ganarían en un mes como freelance, dada la paga miserable en México”, señala Andalucía Soloff, cofundadora de FFM. “A mí no me gusta la etiqueta de fixer, pero a muchos les parece bien, e incluso el trabajo que cumple con la definición básica de fixer sí ayuda a la sostenibilidad. Pero preferiríamos que los clientes consideraran elevar su papel a colaboradores y darles el debido crédito para hacer visibles sus contribuciones periodísticas, para garantizar que se escuchen sus aportaciones y para que puedan optar a cosas como los premios de periodismo”.
Soloff afirmó que el proyecto comenzó en 2019, cuando los testimonios de un taller para freelancers en la Ciudad de México sugirieron que muchos de los freelancers rurales en México han trabajado como fixers . La mayoría lo hizo sin recibir crédito alguno y varios sin siquiera darse cuenta de que habían realizado un servicio periodístico profesional.
“Los periodistas internacionales a menudo se encuentran con historias del reportero local, vienen a su pueblo, los invitan a un café y ahí obtienen sus contactos y orientación”, explica. “La cultura mexicana es muy generosa y es común que los reporteros locales compartan sus propias fuentes, cuidadosamente cultivadas, si se les piden, y su buena fe es explotada”.
Lenin Mosso, fotógrafo de documentales en el estado de Guerrero, al sur de México, es citado en la guía ofreciendo un desgarrador ejemplo de los riesgos que suelen correr los colaboradores locales. “Contacté a un sicario. Cuando me reuní con él en una tienda para proponerle la entrevista, me di cuenta de que estaba poniendo mi vida en riesgo para conseguir el reportaje que querían”, relató, refiriéndose a los reporteros que le contrataron. “Les dije: ‘Si pasa algo [malo], él sabe dónde vivo’”.
Aunque las definiciones de las funciones pueden no ser cruciales en sí mismas, Soloff afirma que es importante que las redacciones de los clientes piensen en las tareas que realizan estos periodistas –y en la experiencia que aportan a los proyectos– para brindarles el crédito y paga adecuados. Según la guía:
- En general, las tareas de los “fixers” pueden incluir la traducción, las recomendaciones de seguridad, el acceso a los lugares del reportaje, la ayuda logística y la organización de entrevistas con fuentes previamente identificadas por el cliente.
- Sin embargo, los reporteros locales deben recibir debido crédito y ser pagados como productores o corresponsales –y calificar para cualquier premio de periodismo que pueda surgir– si (1) las entrevistas concertadas involucran a sus propias fuentes o fuentes recomendadas; o (2) ayudan con el enfoque de la historia; o (3) realizan una evaluación de riesgos; o (4) suministran imágenes fotográficas, de video o de drones; o (5) conducen cualquier entrevista, o (6) coordinan el equipo de reporteros.
- Los colaboradores locales en las investigaciones de seguimiento y profundización deben recibir crédito por su trabajo. Muchos fixers se identifican a menudo a través de búsquedas en línea de los titulares de sus historias anteriores y los medios de comunicación extranjeros a veces les piden que les ayuden a ampliar o a reproducir estas investigaciones. En estos casos, la FFM anima a los medios de comunicación occidentales a dar el debido crédito a los reporteros locales y a atribuir su trabajo anterior, sin importar su papel en la colaboración.
Los periodistas locales son fundamentales para las investigaciones occidentales
“Me contrató un periodista de la televisión europea que vio todas mis historias en un año y dijo: ‘Quiero hacer todas las historias que hiciste en un mes’”, recuerda Soloff. “No conocía el contexto ni los contactos, ni sabía dónde ir, y quería mi ayuda. Le expliqué: ‘Eso no es un fixer, es un productor’. Aunque luego me contrataron como productora local, no me nombraron en los reportajes de televisión que obtuvieron dos premios en Europa”.
Y añade: “Debido a su trabajo diario, los periodistas locales a menudo no tienen tiempo ni recursos para investigar a fondo una historia que descubren. Pero hallaron la pista. Por eso, cuando un periodista extranjero viene a investigar más a fondo, debe tratar al reportero local como un socio de pleno derecho con autoría de la historia, y no solo como un fixer. En numerosas ocasiones, nos encontramos con que los periodistas extranjeros reciben premios por revelaciones locales”.
Soloff afirma que los fixers y los productores locales mejoran invariablemente el acceso, la seguridad, la diversidad y la precisión contextual de los reportajes sobre rendición de cuentas y los documentales de investigación en el Sur Global.
“Los periodistas locales tienen un conocimiento más profundo de su contexto y han cultivado cuidadosamente sus relaciones, por lo que incluirlos en su historia como un socio –y no solo como un fixer– siempre enriquecerá su investigación en el extranjero”, explica. “Además, cuando observamos la diversidad en los medios de comunicación occidentales, a menudo hay pocas aportaciones de personas de color, o del Sur Global, e involucrar a los reporteros locales como colaboradores es la forma más fácil de abordar este problema”.
En una sesión sobre periodismo de investigación de impacto en la región de Asia/Pacífico en la 12ª Conferencia Mundial de Periodismo de Investigación (#GIJC21), el periodista pakistaní Shah Meer Baloch también explicó cómo la colaboración de los reporteros locales pueden proporcionar una ayuda crucial a los proyectos de reportaje encubierto en zonas remotas, como su artículo sobre los brutales abusos laborales en algunas de las minas de carbón de Pakistán. “Saben dónde llevarte para tu reportaje y cómo escapar cuando te están rastreando”, aseguró Baloch a la audiencia.
Frontline Freelance México también ha organizado talleres para ayudar a los reporteros locales a presentarse ante los medios de comunicación extranjeros, por ejemplo con un módulo titulado “Cómo cambiar los enfoques locales para convertirlos en una historia internacional”.
Soloff afirma que las restricciones de viaje derivadas de la pandemia de COVID-19 ayudaron a “abrir los ojos” a muchas redacciones occidentales sobre el hecho de que los reporteros locales, que antes solo se consideraban fixers, podían producir investigaciones por encargo por sí mismos.
“Pasé de ser fixer a ser productora de dirección, porque la gente con la que solía trabajar ya no podía viajar, y los clientes se dieron cuenta de que ‘ella puede hacerlo todo; puede hacerlo sin nosotros’”, dice. “A muchos otros les pasó lo mismo”.
Consejos para colaborar con reporteros locales de la guía Frontline Freelance México:
- Si su socio reportero local se ha visto obligado a aceptar el anonimato de la fuente o el difuminado de los rostros en las imágenes, es crucial –por razones tanto de seguridad como de ética– que los medios de comunicación respeten esos acuerdos en la historia publicada. Se recomienda que se muestren a los productores y a los fixers los borradores de las historias sobre temáticas delicadas antes de su publicación y que se tengan en cuenta sus aportaciones.
- Reconozcan que puede ser necesario recurrir a otros canales de comunicación para llegar a los reporteros locales. “Los freelancers no utilizan el correo electrónico, olvídalo”, señala Soloff sobre el trabajo con los reporteros locales en México. “Los medios se ponen en contacto en gran medida a través de contactos telefónicos de boca en boca, mediante las redes sociales y foros en línea, sitios de freelancers como Storyhunter, o a través de sus artículos sobre temas en que los medios están interesados”.
- No traten a los reporteros locales como fuentes no remuneradas en las reuniones de orientación de las historias y no busquen sus contactos de investigación a cambio de proporcionarles un café o una comida. En su lugar, ofrézcanles pagarles como profesionales por sus servicios de acceso –como mínimo– o como socios de proyectos de investigación.
- Paguen una tarifa razonable que tenga en cuenta gran parte del trabajo invisible que realizan los socios locales. Por ejemplo, en México, a los colaboradores que realizan tareas específicas nunca se les debe ofrecer menos de 150 dólares al día por jornadas de nueve horas. Los medios extranjeros también deben cubrir los gastos adicionales y el seguro si utilizan el vehículo u otros recursos de un socio local.
- Dejen siempre más tiempo del que creen que necesitarán para reportear y sean pacientes en las investigaciones rurales. La guía de FFM afirma que “en las zonas rurales, el ritmo de vida es más lento”.
- Utilicen las perspectivas de los reporteros locales para evitar los estereotipos en las investigaciones. En México, esto significa ir más allá de una narrativa cliché “simplificando la violencia a un salvaje western con narcos en guerra, sicarios encapuchados y buenos políticos que detienen a los capos”.
- Continúen el diálogo con los socios locales después de abandonar la ciudad. Esto incluye invitarles a participar en el borrador final de la historia –o, como mínimo, avisarles de la fecha de publicación– y notificarles de cualquier premio periodístico, además de discutir su parte de cualquier premio monetario.
Soloff advierte que la discriminación racial persiste en la contratación de periodistas locales en el Sur Global: “Si eres un periodista local moreno, las redacciones occidentales te suelen ver como un fixer; si eres un periodista local de piel clara, te suelen ver como un corresponsal”.
Confiar y respetar a los colaboradores locales es clave
En última instancia, Soloff afirma que una actitud de respeto hacia los reporteros locales como compañeros de profesión es la diferencia central que conlleva los mayores beneficios para la colaboración, incluyendo más seguridad, mejores entrevistas, mayor diversidad y transparencia para las audiencias. Algunos consejos de la guía en materia de confianza son:
- Permitir que los colaboradores locales dirijan las discusiones delicadas. “Aunque pueda parecer que el colaborador está perdiendo el tiempo con charlas triviales antes de una entrevista, es probable que esté ayudando a la fuente a sentirse cómoda”. En muchas culturas, como en la mexicana, la cortesía y la paciencia desempeñan un papel fundamental a la hora de generar confianza con las fuentes reticentes.
- Hay que evitar la cancelación de las entrevistas concertadas con las víctimas, que suelen revivir traumas personales cada vez que cuentan su historia. La guía de la FFM dice: “Cuando el fixer o el productor concierta una entrevista con una de estas víctimas, es importante no cancelarla a menos que surja una absoluta emergencia… Es importante no revictimizar a las personas”.
- Hay que aceptar la realidad del acceso al crimen organizado. “Muchos fixers han podido cultivar relaciones con elementos criminales, pero es importante entender que la gente dentro del mundo criminal es la que manda”, señala la guía.
- Confiar en los colaboradores locales en las decisiones de seguridad. Dice Soloff: “Los colaboradores nos cuentan que sus clientes a veces ignoran sus consejos sobre seguridad y dicen cosas como: ‘Oh, veo niños jugando en la calle, así que creo que te equivocas: debe ser seguro ir allí’”.
Soloff espera organizar talleres para fixers y productores locales en otras partes de América Latina y el sur de África, en colaboración con freelancers locales, y subrayar el potencial para contribuciones más profundas a las redacciones que los contratan.
“Es necesario cambiar la dinámica en todo el Sur Global”, afirma.
Recursos adicionales
Cómo Quinto Elemento forma a la nueva generación de periodistas mexicanos
Cómo arreglar la relación entre el periodista y el fixer
El uso del vídeo para pequeñas redacciones y freelancers
Rowan Philp es reportero senior de GIJN. Antes, fue reportero jefe del Sunday Times de Sudáfrica. Como corresponsal en el extranjero, ha informado sobre noticias, política, corrupción y conflictos en más de dos docenas de países en el mundo.
Realmente hay algunos periodistas extranjeros que cuando vienen a mi país (Honduras) quieren pagar una bagatela, no nos respetan, se aprovechan de las fuentes que hemos cultivado durante años y al final ni nos mencionan en los trabajos, pese a que somos quienes los guiamos sobre quien es el entrevistado y les hacemos una biografía de quienes son las fuentes a entrevistar.
Uno de ellos llegó inclusive a tratarme como su chofer (motorista) y me dijo “además de manejar que mas me vas a aportar”, después de que fui yo quien le consiguió la mayoría de las entrevistas y lo puse en contexto sobre quien era cada entrevistado.
Ojalá y este relato mío sea tomado en cuenta