Así se investigó la corrupción con el dinero para reconstruir Siria

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corrupción régimen Assad

Una imagen aérea muestra la escala de la destrucción de la guerra civil en la ciudad Homs de Siria. Imagen: Shutterstock.

La guerra en Siria ha durado, hasta ahora, una década. El conflicto ha dejado más de seis millones de personas desplazadas y una cifra similar ha huído del país como refugiados. Ese es el equivalente a la población total de Bolivia o Bélgica, obligada a salir de sus hogares.

Quienes se quedaron han vivido años de conflicto, pobreza y terrorismo. Desde el primer levantamiento contra el régimen en 2011, la agitación ha devastado al país.

Algunos calculan que el costo de la reconstrucción estaría aproximadamente entre 250 mil millones y 400 mil millones de dólares. Esa cifra reduce aún más el presupuesto nacional sirio, pero la comunidad internacional se ha negado a ayudar la reconstrucción debido a la negativa del Presidente Bashar Assad de poner fin a la guerra y garantizar un traspaso pacífico del poder.

Para atender parte del déficit, el régimen sirio impuso un impuesto para la reconstrucción con el pretexto de compensar a quienes perdieron sus hogares durante la guerra, pero una investigación realizada por tres agencias sin fines de lucro,  el Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP), la Syrian Investigative Reporting for Accountability Journalism Association (SIRAJ) y la agencia ubicada en Londres Finance Uncovered, halló que la mayoría de las ganancias obtenidas por estos impuestos se malversaron. Parte se usó para fines militares.

La editora de GIJN en árabe, Majdolin Hasan, conversó con Mohammed Bassiki, fundador de SIRAJ y uno de los productores de la historia, acerca de la metodología usada para la investigación y sobre cómo trabajar en conjunto les permitió a los grupos interrogar las finanzas de un régimen hermético con la información.

MH: ¿Qué te llevó a investigar esta historia?

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Mohammed Bassiki, cofundador de SIRAJ y uno de los productores de la historia. Imagen: cortesía de Bassiki.

MB: En septiembre de 2018,  Finance Undercover me invitó a Londres para asistir a un evento de formación en periodismo económico y reportaje de investigación en las áreas de sistemas fiscales, evasión fiscal, paraísos fiscales y corporaciones transfronterizas.

En la misma época, encontré documentos oficiales que indicaban cómo los impuestos se habían vuelto cruciales en los ingresos del gobierno sirio. La caída de las inversiones y el colapso de la economía, después de ocho años de guerra, habían creado un desastre económico y humanitario sin precedentes en el país.

Para contrarrestar el deterioro de la posición fiscal, el gobierno estaba imponiendo nuevos impuestos a la población y las empresas, en parte para intentar restaurar las finanzas públicas que se habían devastado por el impacto de la guerra y las sanciones occidentales. Entre los impuestos que introdujeron estaba el llamado “impuesto para la reconstrucción”, que se dictaminó en 5% como impuestos directos e indirectos, y luego se aumentó a 10%.

Llamarlo “impuesto para la reconstrucción” en un momento en que todavía continúa la guerra, con enfrentamientos activos en varios frentes, fue algo muy destacable. ¿Cómo puede ejecutarse la reconstrucción de un país mientras sigue siendo testigo de enfrentamientos devastadores entre varios grupos?

MH: ¿Cuál era tu hipótesis y qué necesitabas hacer para probarla?

MB: Quería comprobar la verdad sobre lo que decía el gobierno en relación con este impuesto. Ellos afirmaban que estaba diseñado para financiar la reconstrucción de casas. Desarrollamos un conjunto de preguntas: ¿el dinero recopilado de los ciudadanos afectados por la guerra estaba destinado a la reconstrucción de sus casas destruidas? ¿Cuándo y dónde? ¿Cuánto se gastó en realidad? ¿Qué mecanismo se usó para supervisar las finanzas? ¿Quién se encargó? También quería saber quién contribuyó más de las principales empresas que seguían operando en Siria, incluyendo los 14 bancos privados fundados por árabes y socios internacionales, además de las dos principales empresas de comunicación. Allí fue que comenzó la investigación.

MH: ¿Qué tan difícil fue encontrar la evidencia para probar que tu hipótesis era correcta? ¿Cómo lograste llegar a las fuentes primarias cercanas a la historia y acceder a los documentos que necesitabas?

MB: El reto más grande fue encontrar documentos, en especial sobre el tamaño de las contribuciones de las empresas grandes en la recaudación de aquellos impuestos. También necesitaba descubrir la cantidad total recaudada por el gobierno sirio de los contribuyentes, fueran individuos o empresas. Necesitaba documentos emitidos por entes oficiales públicos y privados a partir de 2013, el año en que se aprobó la ley de impuesto para la reconstrucción, para poder hacer un cálculo realista sobre el total de recaudación fiscal.

Después de obtener esta información, el siguiente paso fue analizar cuánto y cómo se había gastado ese dinero que supuestamente estaba destinado a la reconstrucción del país. Para esto contamos con fuentes abiertas de información.

MH: La investigación halló que el gobierno sirio malgastó el dinero de la reconstrucción asignando gran parte a fines gubernamentales y militares. ¿Cómo seguiste el rastro del dinero?

MB: Esto es lo que quería probar desde el principio: ¿el dinero de los impuestos se gastó reconstruyendo las casas destruidas de los sirios afectados por la guerra, los que habían sido desplazados y quedado sin hogar en el país? ¿Cómo se suponía que se haría según la ley? Descubrí que en países donde no hay transparencia, aunque las leyes estén bien redactadas y suenen bien, la implementación es distinta.

Miramos los registros publicados por ministerios del gobierno responsables de la reconstrucción general, hicimos un análisis secuencial de las cifras de gasto oficiales y lo que se publica a través de fuentes abiertas. Ello nos permitió descubrir que había gastos injustificados, en los que el financiamiento se fue a áreas que se han convertido en prioridad para el gobierno. En contraste, si visitas ciertos vecindarios en Damasco y otras [provincias], todavía hay escombros, puedes ver que las casas que fueron destruidas no han sido reconstruidas.

MH: Mencionas en la historia que los datos limitados que proporcionaba el gobierno y la falta de transparencia dificultaron partes de la investigación. ¿Cómo te ayudaron las fuentes humanas a comprender lo que estaba ocurriendo?

MB: Estábamos buscando fuentes primarias o información secundaria en vista de la falta de transparencia y hostilidad hacia la prensa, y todo esto estando conscientes de los altos niveles de corrupción en las distintas agencias estatales. Eso dificulta que tú como periodista puedas comprender lo que está ocurriendo en realidad. Tienes la información que crees que es toda la historia, pero también necesitas comprender el contexto.

Así que tuve que hablar con expertos independientes que han visto la reconstrucción de países que sufrieron guerras y prosperaron después, y con experiencias similares a las de Siria, como Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, Líbano, entre otros, además de los expertos que analizan con atención las finanzas gubernamentales, los gastos y los ingresos. Necesitaba profundizar sobre la falta de transparencia en la divulgación y la violación de las leyes. El secreto es la fórmula mágica para incentivar la corrupción y afectar a los más vulnerables en la población local.

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Gráfico: cortesía de SIRAJ.

MH: ¿Cómo la colaboración entre SIRAJ, OCCRP y Financed Uncovered ayudó a la investigación? 

MB: La idea y la hipótesis vinieron de SIRAJ. Luego lo desarrolló Finance Uncovered, así que el proceso de comprobar la hipótesis se convirtió en una tarea común para nosotros. Esto incluyó el desarrollo de un plan sistemático para recopilar las cifras e información relacionada con el impuesto para la reconstrucción, a través de bancos y empresas grandes durante siete años. Luego trabajamos juntos para tabular, clasificar y auditar los datos, y extraer los resultados finales, a través de los cuales se probó la hipótesis de la investigación.

Después de comprobar la hipótesis, OCCRP se unió al equipo y trabajó con nosotros para investigar a dónde estaba yendo el dinero. Resultó que el mismo gobierno y sus varios ministerios absorbieron la mayor parte de los ingresos fiscales. La población de Siria, los más afectados y con mayor necesidad, recibieron solo migajas.

La diversidad de experiencias de las instituciones participantes fue un factor decisivo para impulsar la historia desde el principio y en las etapas de producción: desde la recopilación de datos y documentos, hasta el posterior análisis, edición, comprobación y publicación.

Daraj, el sitio web libanés, ayudó a publicar el texto en árabe con una versión multimedia, que incluye explicaciones visuales y un video que detalla los resultados más importantes. Aparte, apoyó en promoverla en redes sociales. Esta historia fue publicada después por The Guardian en el Reino Unido.

MH: ¿Hubo respuesta del gobierno?

MB: Desafortunadamente no respondieron. En dos ocasiones, enviamos nuestras preguntas a varios funcionarios, pero no dieron respuesta y eso lo reflejamos en la historia.

MH: ¿Qué consejos darías a periodistas que estén haciendo reportajes sobre rendición de cuentas en países afectados por la guerra como Siria?

MB: Lo que más les importa a los periodistas que trabajan en investigaciones como estas es encontrar hechos y pruebas necesarias para validar su historia. Ello implica algunos riesgos relacionados con el entorno de trabajo, las fuentes y la seguridad digital.

Hay una regla de oro: tu vida como periodista es más importante que cualquier historia. 

Se deben medir los riesgos. Los reporteros tienen que estar preparados para “matar” una historia si es muy riesgosa. Deben seguir con su vida. Piensa en ello como un triángulo: en un lado, tienes que asegurarte de que estás protegido, en el segundo lado debes cerciorarte de que tus fuentes estén seguras, y en el tercero, confirmar que el equipo que trabaja contigo está resguardado. En los proyectos de investigación se requiere valor, pero no debe haber imprudencia. Hay una gran diferencia.

Es difícil trabajar en equipo, ser imparcial y objetivo en entornos de guerra. El profesionalismo es lo que te salva de los errores y, por ende, del peligro inminente. Comprueba los hechos y no difundas noticias falsas que puedan alimentar el conflicto y presentar un riesgo para ti, tu organización y tus compañeros.

Para estar organizado, debes planificar. La planificación constante de cada paso y fase del trabajo, y el conocimiento del posible impacto positivo o negativo de una historia, garantiza que las partes implicadas estén en la misma página. De ese modo, puedes concentrar tus esfuerzos y asegurarte de que no se pierda el tiempo por trabajar doble.

Por último, asegúrate de que los documentos e información que recopiles se almacenen en un espacio seguro. No olvides guardar respaldos en otro lugar.

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Majdolin Hasan, editora de la lengua árabe de GIJN, es una periodista galardonada que ha trabajado con Global Integrity, 100Reporters y Arab Reporters for Investigative Journalism. Fue directora de una unidad de periodismo de investigación en Jordania y fue la primera jordana en presentar un caso contra el gobierno jordano por negar su derecho a la información pública.

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