Consejos para periodistas que investigan la desigualdad

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Periodistas - Inequidad

Periodistas reportan la desigualdad. Una clara división: el barrio residencial Primrose al lado del asentamiento Makause, cerca de Johannesburgo, Sudáfrica. Imagen: Cortesía de Johnny Miller.

Cada cierto tiempo, emerge un dato sobre desigualdad que es tan impactante que llama la atención. Por ejemplo, en 2017, una investigación realizada por el equipo de Spotlight de The Boston Globe halló que, mientras que el valor neto medio de hogares de personas de piel blanca en Boston era de 247,500 USD, el de los hogares de personas afroamericanas no inmigrantes no superaba los ocho USD. Así es, no es un error. Ocho dólares americanos. La indignación de esta única cifra tuvo varios efectos, como la creación de un Consejo Económico para Afroamericanos (Black Economic Council) y varias intervenciones políticas.

Los datos sobre la brecha entre los ricos y pobres, privilegiados y marginalizados, suelen tener más matices, ser más difíciles de encontrar o quedar ocultos en coeficientes de GINI, una cifra que muestra una cuota desproporcionada de ingreso o riqueza de una población. Los periodistas necesitan otros enfoques para explicar la crisis de desigualdad, que sigue aumentando en el mundo.

La desigualdad se ha convertido en uno de los problemas más importantes de nuestra época. Ha impulsado movimientos políticos, llamados al cambio e intentos de generar una igualdad de condiciones universal.

Un informe reciente de Oxfam señala que: “el COVID 19 tiene la capacidad de aumentar la desigualdad económica en casi todos los países a la vez. Es la primera vez que ha pasado esto desde que se comenzó a llevar registro”. Explica que los 1000 individuos más ricos del mundo ya han recuperado sus pérdidas económicas causadas por el COVID 19, mientras que los más pobres del mundo podrían tardar una década en recuperarse. Los investigadores también hallaron que las mujeres eran las víctimas económicas más graves de la pandemia del COVID-19 con una pérdida de 64 millones de trabajos y más de 800 mil millones de dólares americanos en ingresos. 

Otro enfoque para cubrir las desigualdades involucra nuevas herramientas de visualización que pueden resaltar datos clave y demostrar la verdadera escala de esas brechas.  

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Este diagrama de dispersión, creado con Datawrapper, muestra la correlación entre la riqueza y la expectativa de vida, por país y por cantidad de habitantes. Gráfico: cortesía de Alberto Cairo.

Alberto Cairo, experto en visualización de datos en la Universidad de Miami, le contó a GIJN cómo los gráficos con diagramas de dispersión creados con herramientas como Datawrapper pueden mostrar de forma efectiva la correlación entre la riqueza y la expectativa de vida, por país. 

The New York Times ha usado gráficos de movilidad variables para mostrar cómo el racismo sistémico arrastra, incluso a hombres afroamericanos criados en familias pudientes, a categorías con ingresos más bajos en Estados Unidos. Aparte, hay técnicas de gráficos con desplazamiento para demostrar lo absurda que es la brecha entre la riqueza de la clase obrera y la riqueza de los millonarios, como este gráfico hecho por Matt Korostoff.

La BBC ha mostrado cómo los audiográficos (que usan sonidos para representar datos, a través de herramientas como TwoTone) pueden ayudar a la audiencia a comprender números desiguales. Usaron el sonido “clinc” de lingotes de oro para ilustrar la discrepancia entre el crecimiento de los salarios de trabajadores y las ganancias corporativas en Estados Unidos desde el 2009.

Por otra parte, los periodistas necesitan recursos para mitigar el efecto de la falta de diversidad en sus propias redacciones al cubrir la pobreza. Dos periodistas que crecieron en sectores deprimidos crearon una lista de consejos para The Journalist’s Resource en la Universidad de Harvard, que explica, por ejemplo, por qué frases como “sumido en la pobreza” pueden ser degradantes, cómo evitar caer en estereotipos y, por qué por encima de todo, los periodistas necesitan “pasar mucho tiempo con personas que sean diferentes a ellos”.

Exponer la desigualdad desde arriba

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Imagen: la famosa imagen de Tuca Vieira de 2004 sobre la división entre la favela Paraisópolis y los exuberantes departamentos en el barrio residencial de São Paulo, Morumbi. Imagen: cortesía de Tuca Vieira.

La fotografía aérea ha surgido como uno de los enfoques más poderosos para descubrir la diferencia de riqueza y recursos entre comunidades.

El fotógrafo brasileño Tuca Vieira tomó la que se puede decir que fue la fotografía sobre desigualdad más icónica del mundo en 2004, para el periódico Folha de São Paulo. La foto, tomada desde un helicóptero, muestra piscinas en cada planta de un opulento edificio residencial, que da hacia la sobrepoblada favela Paraisópolis en São Paulo.

“Mi fotografía la han usado en muchos sitios, pero lo que más me complace es que la usan en libros escolares”, afirma Vieira. “La desigualdad ya era terrible, pero, cuando llegó la pandemia, parece que ha empeorado mucho, incluso al mismo tiempo que los milmillonarios (o billonarios) obtuvieron increíbles riquezas nuevas en ese corto período”.

Muchos urbanistas del siglo XX acorralaron la fuerza laboral de sus ciudades en barrios, favelas o zonas urbanas marginales a escasos kilómetros de las afueras de la ciudad. Ahora, Vieira dice que su expansión posterior (y el crecimiento de asentamientos informales en espacios intermedios) muchas veces muestra a los ricos y pobres separados solo por una carretera o valla. Este fenómeno, asegura, brinda a los periodistas la oportunidad de revelar el significado de los datos sobre la brecha de riqueza en una sola imagen.

Vieira advierte que las fotos aéreas deben presentarse junto con imágenes desde el suelo, para mostrar las realidades de las vidas individuales y algunos males menos conocidos de la desigualdad. El fotógrafo ha seguido documentando inequidades y hace poco publicó un libro con más de 200 fotografías, que exploran lo diferente que se vive en las comunidades de la ciudad.

“La desigualdad no trata solo de dinero y recursos, también trata de la dignidad, salud, humillación y políticas absurdas”, señala. “Si quieres que la gente se detenga a pensar, debes mostrar una imagen impactante, pero impactante con un buen contexto y datos”.

“Esta noción de meritocracia –agrega– de que si cumples las normas y trabajas duro puedes lograr las cosas, no es cierta. El sistema es realmente injusto y creo que este tipo de fotografía puede mostrarlo”.

Tomar fotografías desde helicópteros resulta costoso y las imágenes satelitales tienen baja resolución. En ese sentido, la nueva era de drones de bajo coste no solo ofrece a los periodistas innovación en imágenes aéreas asequibles, sino también una plataforma poderosa para recopilar datos y crear modelos 3D.

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Barriada en el Río Mithi en Mumbai cerca de la Bolsa Nacional de Valores de India. Imagen: cortesía de Johnny Miller

Una organización sin fines de lucro que trabaja temas de justicia social, Unequal Scenes, ha creado conciencia sobre la desigualdad urbana crónica y ha desencadenado nuevas conversaciones sobre políticas para solucionarla, a través del uso de imágenes tomadas con drones.

Su fundador, Johnny Miller, ha fotografiado comunidades ricas y pobres en más de 20 ciudades, desde Seattle, pasando por Mumbai y Ciudad de México. Una fotografía de Sudáfrica se usó para una portada de la revista Time en mayo de 2019.

Miller también es cofundador de AfricanDRONE, una organización sin fines de lucro que apoya “los drones para hacer el bien” en África y ayuda a las salas de redacción y organizaciones de la sociedad civil a comprender las normativas para licencias locales, encontrar expertos en postproducción, reducir los costes de los drones y poner en contacto con “pilotos de dron civiles”. La organización ha ayudado a conseguir videos de dron para proyectos de investigación en News24, Carte Blanche y Sunday Times en Sudáfrica.

“Considero que el proyecto de Unequal Scenes fue un punto de inflexión para la manera en que las personas que comunican la desigualdad”, afirma Miller. “No hay muchas imágenes que muestren la riqueza y la pobreza codo a codo, lo que es raro. Aunque gran parte esté oculta desde las calles, no lo está desde el aire”.

El proyecto tiene clara su intención de activismo: “Unequal Scenes desafía las estructuras de poder que mantienen ocultas las desigualdades desde todas las direcciones, excepto desde arriba. Si las imágenes provocan sensaciones incómodas de miedo, desesperanza o un inquietante reconocimiento de complicidad, muy bien”.

La precariedad oculta: una conmoción personal

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El asentamiento informal Palmiet Road, junto al sexto hoyo del campo de golf Papwa Sewgolum. Imagen: cortesía de Johnny Miller.

Puedo dar fe, personalmente, de este impacto estremecedor. No tenía idea de que contribuí en situaciones que promueven la injusticia social cuando preparé la bola en el campo de golf Papwa Sewgolum en Sudáfrica, hace unos años. Al contrario: me sentí feliz de poner a prueba mis limitadas destrezas en el golf, en un campo llamado en honor al héroe antiapartheid. En 1965, Sewsunker “Papwa” Sewgolum, un jugador de ascendencia india, que ganó un torneo provincial, pero tuvo que recibir su trofeo afuera bajo la lluvia, porque no se permitían personas que no fueran blancas dentro del clubhouse. Por ende, en el sexto hoyo, después de golpear la bola y mandarla encima de los árboles de la izquierda de la calle perfectamente podada, seguí jugando. 

El mes pasado, revisaba las imágenes poderosas de Unequal Scenes que supe que se estaban compartiendo y discutiendo entre los periodistas que investigan la desigualdad y quedé horrorizado al encontrar una imagen aérea de ese sexto hoyo en Sudáfrica, que mostraba una barriada estrechamente cercana a esa valla izquierda. Casas precarias sin separación a lo largo de la vasta y lujosa calle por la que había caminado.

La imagen, capturada por uno de los drones de Miller en 2018, reveló que el asentamiento informal Palmiet Road, sin instalaciones sanitarias adecuadas, se había extendido hasta el propio límite del entretenimiento privilegiado, donde sobra espacio y se riegan con agua dulce acres de césped. Mi bola de golf puede haber caído en una de esas casas o peor.  A pesar de mis años reporteando sobre segregación y pobreza en la región, no tenía ni idea de que ese asentamiento estaba allí.

Miller dice que mi reacción inquieta y visceral a la imagen es una respuesta típica entre las que ha visto ante las imágenes del proyecto.  Explica que es una reacción útil para dar una sacudida a las percepciones erróneas sobre la segregación y la escala de proximidad de la precariedad en sociedades dispares.

Por ejemplo, hizo falta la devastación descomunal que dejó el Huracán Katrina en 2005 para que muchos estadounidenses comprendieran la escala de precariedad arraigada en Nueva Orleans. 

Solo después de los incendios devastadores de 2017 en un edificio residencial para la clase obrera, Grenfell Tower, muchos británicos se volvieron conscientes de las fuertes desigualdades entre sus vecindarios más prósperos. Unas 72 personas (de las cuales 85% eran personas de color) fallecieron cuando un enorme incendio afectó Grenfell Tower, ubicado en Kesington, un vecindario pudiente de Londres. 

Muchas investigaciones periodísticas revelaron que las autoridades locales no invirtieron suficiente dinero en protección contra incendios en ese edificio, e incluso hubo declaraciones de que los vecinos acaudalados presionaron a los funcionarios a destinar los pocos recursos asignados a Grenfell al embellecimiento de su exterior, para no tener que vivir cerca de una ofensa a la vista. Mientras tanto, se ignoraron las necesarias mejoras en protección de incendios.

Para Miller, los drones de bajo coste representan una buena forma de advertir las crecientes injusticias a gran escala, al menos en lugares en que las normativas permiten que los pilotos puedan volarlos en nombre de las redacciones.

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La opulencia del Club de Yates Jurujuba a la derecha contrasta con la abarrotada colonia pesquera Guanabara Bay, a la izquierda, en Brasil. Imagen: cortesía de Johnny Miller

Él afirma que el efecto más importante de las imágenes de desigualdad tomadas con drones es que tienen la capacidad de implicar a una audiencia más amplia. Su lejanía genera reacciones conceptuales, más que emocionales.

“Entre defensores de la justicia social y conservadores, están todas estas personas en el medio que se necesita que participen en la conversación sobre desigualdad. Algunas pueden sentir rechazo con imágenes de alta carga emocional de niños llorando, o un banquero acaudalado al lado de una persona sin hogar”, dice Miller. “Con imágenes de dron puedes presentar algo que parece un rompecabezas que ellos deben descifrar por su cuenta”.

Monika Sengul-Jones, investigadora y escritora freelance, explica que los drones han ayudado a los periodistas a cubrir eventos donde es peligroso asistir en persona e impulsar historias basadas en datos con mapas de calor, modelos 3D y sensores remotos. Los periodistas en países con leyes de libertad de información, en cambio, pueden solicitar videos capturados por drones tomados por fuerzas policiales y otras agencias gubernamentales.

“Aunque al inicio se usaron de manera horrible, los drones hoy representan una revolución democrática, al igual que lo fueron las cámaras de los celulares”, agrega Miller. “La capacidad de un individuo de volar sobre una ciudad y mostrar lo que hay en el suelo no había ocurrido antes en la historia. Ese era el dominio de los gobiernos y los ricos hasta 2012. Luego llegaron al mercado estos drones de bajo costo y ahora puedes simplemente poner las posiciones del GPS”, advierte Sengul-Jones.

Miller afirma que el modelo de AfricanDRONE se podría expandir para ofrecer servicios de dron con tarifas reducidas, incluso gratis, a redacciones con pocos recursos. Además de consejos relacionados con la normativa y opciones más amplias para el uso de los datos

“AfricanDRONE ha tenido grandes éxitos. Fuimos pioneros en el periodismo con drones en Sudáfrica”, explica. “Escribimos una historia sobre carreras de caballos ilegales en la provincia del Cabo Occidental, donde las pandillas robaban caballos de granjas y los ponían a hacer carreras por dinero. Tuvimos pilotos, que se veían a sí mismos como futuros periodistas de investigación, saliendo a rastrear a estas personas, y lograron cubrir la carrera y enviarlo a [la serie de televisión de investigación] Carte Blanche.”

Miller dice que se está llegando a un consenso próspero entre los pilotos, las organizaciones sin fines de lucro y las redacciones con respecto a que la seguridad, en especial de las personas bajo la ruta de vuelo de los drones, es primordial.

“He visto que la mayoría de los editores no se preocupan mucho por el lado legal de las cosas y las áreas grises en la normativa, aunque sí quieren que se hagan de forma segura”, añade. “Mantener seguras a las personas en el terreno es nuestra prioridad”.

Miller señala que el próximo proyecto colaborativo de Unequal Scenes se propone investigar de manera visual de desigualdad y marginalización en Nueva York.

“Los drones son ilegales en Nueva York, en términos de un estatuto de la ciudad”, comenta. “¿Cómo contar historias de desigualdad a través de otros medios no tradicionales? En eso es lo que estoy pensando ahora”.

Recursos adicionales

Una guía para el futuro del periodismo con drones

Mis herramientas favoritas: Alberto Cairo y la visualización de datos

Fuentes internacionales para investigar la pobreza (en inglés)

Lo último de GIJN en español


Rowan Philp es un periodista de GIJN. Rowan fue el reportero principal para el Sunday Times, de Sudáfrica. Como corresponsal extranjero, hizo reportajes de noticias, política, corrupción y conflicto en más de dos docenas de países del mundo.

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