Paulette Desormeaux, periodista y maestra de la Universidad Católica de Chile, en Santiago, empezó a dictar su taller de Periodismo Avanzado el pasado 11 de marzo. El salón de clases se llenó con 56 alumnos entusiastas que querían aprender varias técnicas de investigación. Pero el lunes 16, el gobierno chileno anunció que habían entrado en la fase 4 de COVID-19 (cuando la dispersión ya es comunitaria) y se suspendieron todas las clases en colegios públicos y privados. La universidad decidió sumarse de manera voluntaria a la medida y las clases debían dictarse en línea.
Días después, ante la imposibilidad de salir a reportear en las calles por la cuarentena, y tras recibir varios mensajes de estudiantes frustrados y temerosos de no poder cumplir con los requisitos exigidos en el curso, Desormeaux les escribió una carta, que GIJN en español reproduce con algunos ajustes, porque ejemplifica la manera como el periodismo de investigación y su enseñanza están adaptándose a estos tiempos de pandemia.
Hola querido curso,
Espero que todos estén bien al igual que sus familiares.
Sabemos que están nerviosos respecto a la situación que estamos viviendo. Hasta ahora, una de las preocupaciones que más me han mencionado es cómo podrán hacer sus investigaciones para este curso sin poder salir de sus casas, considerando que deben relevar alguna falla en política pública.
La verdad es que muchos seguimos reporteando y haciendo periodismo, también en tiempos de cuarentena, así que vivimos en carne propia la dificultad de no poder salir a la calle (y lo echamos de menos). Pero cuidarnos es la prioridad y, créanme, no poder salir no implica no poder hacer buenos reportajes.
De hecho, en condiciones normales, muchas veces al cubrir temas que ocurren en lugares geográficos distantes, nos vemos obligados a hacerlo desde el escritorio por no tener los recursos económicos para viajar a las zonas afectadas. Otras veces, enfrentamos limitaciones de acceso, como por ejemplo cuando nos niegan permisos para ingresar a un establecimiento militar o al psiquiátrico, o no nos dejan permanecer en la sala de urgencia de un hospital en situaciones relevantes periodísticamente. O incluso cuando cubrimos algún hecho histórico donde a veces ni siquiera tenemos fuentes vivas, y son los archivos los que nos ayudan a desentrañar cosas y se transforman en llaves de importantes revelaciones.
Lo que quiero decir, es que es también nuestra responsabilidad encontrar soluciones creativas para poder contar esas historias, porque aquellas comunidades también enfrentan problemas y son víctimas de fallas en política pública que como periodistas de investigación podemos ayudar a revelar.
Para inspirarlos en este momento en que deben proponer temas para sus investigaciones, quiero mostrarles algunos trabajos que se han hecho principalmente con teléfono, colaboración, internet y creatividad.
Verán que es exactamente la metodología que les enseñamos basada en el uso de fuentes abiertas, con la posibilidad de hacer un trabajo periodístico independiente de si tenemos o no contactos o fuentes conocidas en algún ámbito, donde usamos la creatividad y solucionamos dificultades porque cambiamos la mirada: no somos un micrófono que saca cuñas (declaraciones), ni que amplifica solamente la voz de una fuente. Somos profesionales críticos, que fiscalizan el poder, que se preguntan por qué las cosas son como son, que saben qué rastros documentales dejan las decisiones del Estado y dónde encontrarlos, que pueden contar historias aunque una cuarentena o alguien en posición de autoridad no nos permita ir a los lugares donde quisiéramos estar.
Varios de los ejemplos están basados en documentos; ya que los papeles no solo tienen datos, sino que muchas veces esconden historias que podemos aprender a extraer: nombres, relatos en declaraciones, fotografías que podemos describir, lugares que podemos ver en Google Maps, etc. Otros, principalmente están basados en la creatividad.
1.- Un ejemplo de mis estudiantes: Las Fuerzas Armadas sancionan a las soldados que denuncian abusos sexuales si no tienen pruebas suficientes. Los ahora periodistas Daniel Pizarro y Martín Browne, revelaron con base en la Ley de Transparencia, que los procesos de investigación ante denuncias de acoso y abuso sexual en el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada, no resguardaban el anonimato de las denunciantes, no les daban apoyo legal y las sancionaban cuando no lograban probar que habían sido víctimas de los hechos que denunciaban.
2.- México apuesta millones para cubrir costos de sismos y huracanes (y el resultado no es el mejor), publicado en Univisión. Un grupo de periodistas de este país pasaron meses revisando documentos filtrados a través de los Paradise Papers, y respuestas a peticiones de Transparencia, para calcular el daño económico del esquema de bonos catastróficos en el país. Los periodistas son Isabella Cota (Quinto Elemento Lab), Daniel Lizárraga y Raúl Olmos (MCCI) y Mathieu Tourliere (Proceso).
3.- Unfiltered voices from Donald Trump, es un video hecho con material obtenido por RRSS y de prensa. Todo el mundo cubría a Trump en sus eventos de campaña. Erica Berenstein y su equipo querían hacer un aporte y reflejar las emociones que surgían en estos rallies. No lo iban a lograr mirando donde todos miraban: a Trump. Entonces, miraron a los adherentes que iban a sus eventos. Por supuesto, Berenstein no podía estar reporteando en cada uno de ellos, por lo que empezó a monitorear dónde estaba en su gira de campaña, y a pedir los reporteros de su medio que le enviaran videos sobre los asistentes. El resultado es excepcional, y lo hizo desde su computador con material de RRSS y colaboración de sus colegas. Publicado en los videos del NYT.
4.-El millonario negocio que tiene en jaque a Rapa Nui, publicado en Mongabay e investigado por la periodista Michelle Carrere sin ir a Isla de Pascua (lamentablemente para ella). Es decir, Carrere reporteó un conflicto que ocurría a más de 3.600 km del continente, y que dividía a la sociedad indígena Rapa Nui en dos bandos, lo que había dejado un linchamiento público, un juzgado incendiado, y había abultado con medio millón de dólares, las cuentas de familiares del presidente del directorio que administra el Parque Nacional Rapa Nui. Lo hizo al obtener acceso a documentos contables del directorio y a evaluaciones de organismos fiscalizadores.
5.- Intereses, conflictos y poder en la mesa de la salud en Chile. Una serie completa reporteada sin terreno, que hicimos para Salud con lupa, la periodista Catalina Gaete, el estudiante de periodismo Claudio Cifuentes, y yo. Fueron tres reportajes que evidenciaban los difusos límites entre el sector público y privado en el sistema de salud chileno, y la ausencia de mecanismos para evitar los conflictos de interés. ¿Cómo lo hicimos? Pueden leer el paso a paso aquí, pero con Ley de Transparencia y fuentes abiertas online 🙂
En estos momentos más que nunca necesitamos hacer buen periodismo de investigación, y ustedes que son estudiantes pueden hacer un aporte único. Tienen más tiempo que lo que se dedica normalmente en los medios, tienen excelentes profesores editores, y tienen gran libertad editorial al estar sin las constricciones de la rentabilidad económica y la monetización del contenido. Y además, pueden reportear todo aquello que quedará invisibilizado ante la urgencia enorme de cubrir bien el Covid-19 y sus consecuencias en el mundo. Los animo entonces a ser flexibles, a colaborar, a no desanimarse, a tener hambre periodística. Porque nunca tienen que olvidar que el reporteo siempre rinde frutos. Podamos salir de la casa o no.
¡Un abrazo!
Paulette